Deporte y corazón

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El deportes es uno de los mejores métodos para prevenir problemas de salud. Entrenar al corazón reduce el riesgo de cardiopatías y todo tipo de enfermedades cardiovasculares. Esta semana veremos que beneficios nos proporciona el ejercicio físico y como a consecuencia de ello evoluciona nuestro corazón y nuestro cuerpo.

Beneficios del deporte

Como ya hemos comentado el ejercicio físico es muy beneficioso para nuestro corazón, a parte la actividad física nos proporciona una sensación de bienestar y de afán de superación que nos hace más felices y capaces de afrontar retos en nuestra vida.
Los deportes y la actividad física más beneficiosos para el sistema cardiovascular son los aeróbicos, de moderada intensidad y practicados varias veces a la semana. Estos son los que mejoran de forma significativa el rendimiento cardiovascular, si se realizan de forma constante y siguiendo un programa de entrenamiento bien estructurado. No obstante también debemos ser precavidos. El entrenamiento aeróbico a nivel competitivo requiere siempre supervisión cardiológica y pruebas específicas (electrocardiograma, ergometría, ecocardiograma-doppler), ya que exige un máximo rendimiento al corazón. Se aconseja la realización de ejercicio aeróbico entre tres y cinco veces por semana en sesiones no inferiores a los 30 minutos, controlando la frecuencia cardiaca con el fin de que ésta se mantenga dentro de niveles de intensidad moderada. Las actividades más recomendadas son andar rápido o correr a un ritmo suave, montar en bicicleta y nadar. La intensidad ha de ser moderada y deben moverse grandes grupos musculares.

Evolución de nuestro corazón

A continuación vemos algunos de los cambios principales que se producen con el tiempo en nuestro corazón a la hora de hacer deporte asiduamente.

Frecuencia cardiaca: La frecuencia cardíaca en reposo presenta una disminución del mismo, todos los atletas entrenados han comprobado cómo su frecuencia cardíaca baja y pueden mantener pulsaciones bajas incluso con nivel de ejercicio mayor, además de que son capaces de mantener frecuencias cardíacas altas durante más tiempo en situaciones de mayor estrés miocárdico. Del mismo modo, su recuperación también es más rápida que en personas no entrenadas.

Tensión arterial: El ejercicio físico ejerce un efecto sobre la Tensión arterial, disminuyendo las cifras de reposo y, en las personas entrenadas, experimentan incrementos más suaves que en las personas sedentarias.

Tamaño: El aumento del tamaño del corazón, es otra de las adaptaciones más interesantes que se producen a nivel cardiovascular como consecuencia del entrenamiento aeróbico, dinámico, de larga duración, mejorando su capacidad de llenado y por lo tanto el volumen cardíaco.

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